Restauración de faltas de pintura.
Cuando se produce una falta de pintura, se levanta una placa, dejando a la vista la tela de soporte, es posible su restauración atendiendo a distintos supuestos.
Se rellena la superficie en cuestión con una “masilla” especial (coloreada o no). Una vez seca y preparada, se puede repasar la pintura para disimular su falta o en casos especiales, dejarla tal como queda para que se note dónde estaba el problema, primando la conservación a la estética.
Cada caso hay que estudiarlo de manera particular. Las técnicas y soluciones a aplicar depende mucho del tipo de pintura, de la tela o base sobre la que está pintada y su estado, antigüedad, tema, lugar de la falta, valor artístico/histórico, etc…
Aquí tenemos un ejemplo de rotos y desgarros en la tela lo que, una vez reparados, dejan huecos y faltas de pintura que hay que rellenar con cuidado y retocar minuciosamente con pintura, reproduciendo los colores y efectos de la pintura original.