Este Grabado de Marina Anaya es bien representativo de la temática de esta pintora y buena grabadora.
Para enmarcar y resaltar realmente esta obra, existen muchas posibilidades, y todas ellas buenas y acertadas, aunque con efectos estéticos distintos y que se pueden adaptar a los distintos espacios en que puede llegar a ser instalada.
En este caso hemos decidido colocar el grabado sobre un fonde de cartón de ppt gris piedra oscuro, libre de ácido, con el fin de remarcar bien todo el pliego del papel. El grabado está estampado a sangre.
La decisión final del marco a elegir está entre dos molduras planas de 7 cm de ancho con la misma textura, pero en tonalidades contrapuestas. Una es en tonos claros decapados, y la otra en un wengé muy oscuro y de la misma gama del fondo. ¿Continuidad o contraste?