Documentar antes de restaurar
Documentar antes de restaurar es imprescindible para ayudar a establecer un correcto diagnóstico del estado de conservación en que se encuentra la obra que estemos analizando. Por otra parte es importante obtener una imagen de la pintura antes de empezar a trabajar en ella. El proceso de limpieza siempre es un trabajo lento y cuidadoso. Se va realizando por pequeñas zonas. La memoria es posible que nos haga olvidar el estado primitivo y de esta manera podremos comparar el resultado final de la limpieza.
En este detalle se pueden observar las grietas de la pintura. En realidad, es más profundo el daño porque afecta también a la base pictórica y a la tabla de madera que se utilizó como soporte. Después del proceso de limpieza se necesitará estucar los huecos para rellenar y consolidar la pintura.
Para la limpieza vamos a utilizar en primera opción un gel jabonoso muy suave y neutro de una manera muy ligera y recogiendo inmediatamente la suciedad y secando para que la humedad sea la mínima. Es conveniente que la base de madera no se vea afectada en lo más mínimo. Los hisopos de algodón montados en unas pinzas de mosquito se pasan con mucho cuidado y precaución sobre pequeñas zonas de la pintura y así se puede controlar poco a poco.