Navidades en burbuja
Navidades en burbuja ha sido una de las soluciones más lógicas dadas las circunstancias. Siempre han sido fechas en las que, aunque sólo sea por un rato, se piensa más en los prójimos o próximos, a elegir… Hay situaciones en las que es necesario supeditar los deseos, todos válidos y razonables, de juntarse y celebrar esos encuentros entre familia y amigos. De olvidarse de problemas diarios de todo tipo para relajarse y pasar unos días descansando y relajando situaciones con alegría.
Pero en este final de 2020 y principio del 2021 ha tocado, por responsabilidad personal y responsabilidad hacia el resto de la sociedad, la que se ha dado en llamar «burbuja». Ha tocado no poder vernos ni abrazarnos con nadie. Y con mucho cuidado entre los mismos convivientes de cada burbuja. Ha tocado no poder celebrar estos días como solíamos hacer. Ha tocado ver bien separados, con mascarilla, con aire frío en estancias bien ventiladas, con deseos reprimidos de acercarse a nuestra gente, a la que queremos y de la que llevamos demasiados meses sin ningún tipo de contacto estrecho.
Es lo que nos ha tocado vivir. Pero no es cuestión de quejarse cuando dentro de un tiempo, aunque no sepamos cuánto, podremos volver a ese tipo de vida en cercanía al que estábamos acostumbrados antes. Hay familias y amigos que ya no podrán hacerlo con sus familiares y sus amigos porque ya se fueron… Si con mantener nuestra propia burbuja particular podemos contribuir a que no aumenten estas situaciones sin vuelta atrás, pues bienvenida sea esa burbuja. Se trata de actuar en beneficio de nuestros prójimos y próximos. Y no lo olvidemos, de nosotros mismos.
¡Nuestros mejores deseos para el 2021!