Naturaleza viva y arte
Naturaleza viva y arte como para poder vivir del aire. Esta planta se la conoce comunmente como «El clavel del aire» pero su nombre científico es el de Tillandsia. Tiene de especial que no necesita estar plantada, ni tierra para poder sobrevivir y crecer. Lo único que no le gusta mucho es el frío intenso. Pero con temperaturas medias y mucho calor no tiene ningún problema. Sólo necesita un poco de humedad y es capaz de vivir donde muchas otras plantas no son capaces de hacerlo.
Podría ser una planta representativa de los trabajador@s autónom@s. Un símbolo perfecto. Al menos coincide con lo que pretenden de nosotros estamentos y personas que se creen que están tan por encima de nosotros, con su economía tan solucionada, siguiendo cobrando buenos sueldos y con un buen colchón como para subsistir trescientos años (o más, sin exagerar). Piensan que somos capaces de vivir del aire, igual que la planta. Nos espolvorean con unas gotitas de agua y ya tendremos suficiente, como la planta. Pues no. Podemos ser duros como ella, y no necesitar mucho para vivir. Pero si nos aprietan demasiado y nos hundimos, después se lamentarán. Somos nosotros los que mantenemos la economía. Y más importante, sobre todo, somos los que mantenemos las relaciones entre las personas, día a día, en la calle, en nuestros comercios. Somos los que conocemos a las personas que viven a nuestro alrededor, los que con muchos detalles humanizamos la vida diaria de los barrios.
Pero todo el mundo debe saber, que a pesar de todo, somos unos cabezotas. Somos duros como el granito. Somos los «deportistas de élite» de la economía. Somos capaces de aguantar y resistir. Somos capaces de caernos y levantarnos todas las veces que haga falta. Y todo, a pesar de los que no piensan en nosotros porque somos pequeños, de los que nos ningunean.
Ahora todos los comercios, menos los imprescindibles, estamos con las puertas cerradas. Nos quedamos en casa. Lo hacemos por convencimiento y porque nos lo piden los científicos (no otros voceros). Sabemos que es lo mejor, es nuestro grano de arena en esta lucha. Pero del aire no se puede vivir demasiado tiempo. Igual que sin aire, tampoco.
En cuanto nos dejen, volveremos con más fuerza que nunca. Este confinamiento lo estamos aprovechando para fortalecer nuestra creatividad y para tomar impulso. Sabemos trabajar duro y constante. Nuestros negocios son parte de nuestras vidas y de nosotros mismos. Los horarios no existen. No acaban cuando bajamos las persianas. Es nuestra manera de vivir. Y nos gusta. Y somos felices así. ¡Y queremos seguir siéndolo!
Que recuerden los que pretenden que vivamos del aire: SEREMOS PEQUEÑOS, PERO MUY DUROS DE ROER.
Barcelona, a 11 de Abril de 2020